Mi hermano mayor

noviembre 17, 2008

rodos

Anoche fue la comida en Morelia con los ex-compañeritos de la prepa, muy amena y divertida, hace quince años salimos de la escuela y pese a que ya empezamos a lucir algunas arrugas, canas, o barrigas, algo muy jovial se seguía respirando en el ambiente. Cerveza y tacos, a las faldas de nuestra preciosa catedral. Hasta cánticos locales entonamos al final.

Hoy mientras nos curábamos una horrorosa cruda en el Güero, con unas tostadas muy sabrosas de ceviche y unas micheladas, mientras usaba con una maestría inigualable su blackberry, mi carnal el Rodo me dijo lo siguiente: «Uno aprende que en esta vida la palabra clave es paciencia».

Yo, como buen hermano menor, no cuestiono la sabiduría de mi hermano mayor, menos cuando es una frase tan contundente y lapidaria como esta, menos un domingo a la hora de los sagrados alimentos y mucho menos en el ritual de ponerse tablas con la factura etílica de la noche anterior.

Yo digo que hay algún día, cuando sea grande como mi hermano, aprenderé a ser paciente.

Amén.