El rino que tocó la flauta

julio 31, 2010

Este año es un buen año. Soy tigre en el zodiaco chino y dicen que a los tigres nos va a ir bien en este ciclo. Yo creo que sí, nos esta sonriendo la vida, tan solo este mes he viajado a cinco países: curioseando, exponiendo, performanceando, dando charlas, curando exhibiciones, haciendo colaboraciones en dibujo y video con otros artistas, tocando la guitarra y cantando acompañado también. Para una persona apasionada de lo que hace e inventa esto es una gran bendición transnacional.

Ejemplos: hoy trabajé en la Pinacoteca de Brasil como curador de una muestra, fui en calidad de director del foro de Animación más importante de México al Festival de Animamundi, el más grande América latina, y recibí la beca del Sistema Nacional de Creadores para realizar mi primer documental en formato de largometraje. Y por si fuera poco, estoy emocionado por que vamos a abrir un bar junto con otros dos amigosocios en la preciosa Colonia Roma.

Hace casi veinte años, con mi primera exhibición, un periodista de Morelia decía que mi trabajo era disperso y yo argumentaba que no entendía mis ganas de diversificarme. Diez años atrás un amigo académico y artista me cuestionaba sobre uno de mis proyectos, me decía «Me gustaría saber que tanto estas consciente de lo que estas haciendo, o solo eres como el burro que tocó la flauta».

Yo en esta tarde-noche calurosa en São Paulo, digo que soy ese rino que tocó la flauta sin querer-queriendo y le gusto tanto que se memorizó algunas partituras, aprendió a tocar otros instrumentos, grabó sus propias canciones, empaqueto y difundió el disco, creo su propio sello, hizo sus videoclips y hasta agendó algunas fechas para tocar en vivo. Vendió las camisetas y las tazas afuera del concierto también.

Creo que si, uno puede tener hallazgos fortuitos en el camino, una flauta, una pluma, una guitarra, una cámara de video, pero la cosa es saber que hacer con ellos. Creo en el esfuerzo y el trabajo que hacen lucir a las creaciones. Hay una frase de Calvin Coolidge que copié de la oficina de mi amigo publicista sateluco Marco Colín, dice así:
“Nothing in the world can take the place of persistance.
Talent will not. Nothing is more common than unsuccessful men with talent.
Genius will not, unrewarded genius is almost a proverb.
Education will not; the world is full of educated derelicts.
PERSISTANCE and DETERMINATION alone are OMNIPOTENT.”

Hoy, después de nadar en la piscina del hotel, trataré de regalarme la omnipotente oportunidad de aprender un nuevo paso de baile, probar un nuevo fruto, tararear una nueva melodía, hacer nuevas amistades y practicar mi portuñol. Solo abierto al mundo es que se puede tener una comunión con la grandeza de Dios. Esta noche, consciente de mis logros y fallas, doy gracias por la oportunidad de seguir tocando la susodicha y dichosa flauta.

Amén


Buscando goles

julio 7, 2010

Ayer crucé el Rio de la Plata para ver un partido de futbol: La semifinal del mundial 2010 entre Uruguay y Holanda. Dicen las lenguas rioplatenses que hace sesenta años que no llegaban a este nivel.

No me interesa mucho este deporte pero si el fenomeno antropológico que representa: me rebasa el fanatismo y la enajenacion que mucha gente profesa para el Dios pelota. Creo que la gente se toma muy enserio algo que solo debia entretener o ayudar a ejercitar, pero eso lo digo como una cualidad: Es interesante la pasión que la gente se toma demasiado en serio.

Durante el viaje en el buquebus encontré a un porteño con Maradona tatuado en el tobillo, vestido con su camisa de Argentina, viajaba al país vecino con la misma meta que yo, «Es que allá no pudimos festejar» me confesó. Al encallar el barco se escucharon porras: Uruguay! Uruguay! El clima es terrible pero el ambiente es genial, no para de llover pero hoy este puerto huele a historia.

Este pequeño milagro celeste tiene varias razones para sorprender, una de ellas numérica: hay tres millones de habitantes en el Uruguay y ese mismo número es el que tiene registrado Brasil como jugadores profesionales, quienes no llegaron hasta donde están ellos.

Vine porque quise vivir la copa del mundo en tres ciudades de América Latina: México, Buenos Aires y Montevideo. Quería conocer y poder comparar su manera de apoyar, festejar o asumir. Fue una buena idea, me sorprendió lo que viví, tres declaraciones ejemplifican lo mencionado, la de su Presidente, dijo: «Ya ganamos, nos dieron dignidad y si no tenemos cancha tenemos calle»; la de Tabárez, el director técnico de Uruguay: «Estamos en una fiesta que no nos invitaron»; la del locutor en la mega-pantalla de la Plaza Libertad: «Esto es un juego, diviertanse, nos tardamos 60 años en llegar a esta alegría».

Ayer por la noche, cuando toda la América era Uruguay, supe que así vale la pena vivir una derrota: dimensionando las cosas y sin perder el suelo, ojalá aprendamos de este gran pequeño país.

Amén.


La Tierra Santa del sur

julio 5, 2010

No me considero religioso, pero confieso que de formación soy católico-cristiano-apostólico-romano, estudie la primaria y la preparatoria en una escuela marista y la secundaria en una devota al religioso Vasco de Quiroga. Toda la infancia fui con mi hermano al catequismo, y si, leí mucho la Biblia, por lo menos creo que toda. No suelo ir a misa, pero si voy no me incomoda, me gusta cantar, me se todas las canciones. En la India dicen que la mejor manera de alabar a Dios es cantando y yo les creo. Todo esto me marcó, y me dejó una herencia que muchas veces disfruto y casi nunca me pesa.

Con esta introducción quiero contextualizar mi paseo por el primer parque religioso del mundo, el más bizarro que he visto: «Tierra Santa» en Baires, ubicado entre la Ciudad Universitaria de la Universidad de Buenos Aires y el Aeroparque (aeropuerto nacional).

Fundado hace diez años en un extenso terreno, las construcciones de fibra de vidrio recrean Jerusalem y otras locaciones importantes que aparecen dentro de la Biblia. Por $30 módicos pesitos argentinos (más de lo que cuesta una entrada al cine) usted tiene derecho a ser testigo de múltiples maravillas como el set de «La Creación», que consta de un espectáculo de 15 minutos con rayos lasser, hielo seco y animatronics de varias especies, un Adan y una preciosa Eva semi-desnudos por supuesto; Ver el pesebre animado más grande del mundo en una falsa cueva con capacidad para 400 personas; Disfrutar de shows en vivo de belly dancing o hasta de un carruseles con animalitos nobles y canciones religiosas; Y por supuesto para cerrar el paseo: un Cristo de 18 metros de altura que surge de una montaña y contiene 36 movimientos mecánicos.

También hay lugares de comida árabe y armenia con nombres entrañables como «El arca de Noé», donde se vende cerveza, vino y cognac, material didáctico para poder entender mejor algunos de las pasajes bíblicos o para poder intentar hablar en lenguas (el idioma de los ángeles). Con música ambiental de fondo (Enya) emanada de las palmeras-bocinas, este lugar es sin duda el sueño dorado de Ned Flanders.

Mis amigos porteños dicen que este lugar nace para lavar dinero, las 30 mil personas al día que asisten para ver la representación del Vía Crucis en Semana Santa seguro difieren. El slogan que viene en un mapa impreso que te regalan al entrar dice: «Llegás con la esperanza de vivir un día a pleno y te vas pleno de esperanza».

Yo digo, después de pasar siete horas ahí, que me quedo con ganas de ver recreaciones de la vida de Job, capítulos intensos de Sodoma y Gomorra, el Apocalipsis y sus criaturas -que seguro en animatronics serían espectaculares-, o hasta el mismísimo infierno con todo y unas explosiones controladas, sin duda pondrían a este parque a la altura de cualquier Disney o Six Flags.

«Bienaventurados los curiosos que les gusta sonreír, porque de ellos se nutren todos los demás».

Amén.

PD.
Los monjes y los curas entran gratis, mayores informes al 0800-444-DIOS (si, leyó usted bien, DIOS).